lunes, 27 de junio de 2016

El Principio de Generación - Kybalion


"El género está en todas las cosas. Todas las cosas tienen su principio masculino y femenino. El género se manifiesta y está presente en todos los planos".

Este principio incorpora la verdad de que el género, masculino y femenino, se manifiesta y funciona siempre en todas las cosas. No sólo en el plano físico, material, sino también en los planos mental y espiritual.
Sobre el plano físico se manifiesta como “sexo”. Sobre los planos superiores asume formas más elevadas, aunque el principio es el mismo. Ninguna creación física, mental o espiritual es posible sin este principio. Este principio actúa siempre en la dirección de la generación, la regeneración y creación. Todas las cosas y todas las personas, tienen en sí los dos elementos de este principio. Quien quiera conocer la filosofía de la creación, de la generación y de la regeneración de la mente y del espíritu, deberá estudiar este principio hermético. En él hallará la respuesta a muchos misterios de la vida. Os advertimos para no dejaros embaucar por perniciosas y degradantes teorías, enseñanzas y prácticas que se anuncian con títulos llamativos y que no son más que una prostitución del gran principio natural de generación.
La filosofía hermética, siempre ha rechazado toda licencia y perversión de los principios naturales. Quien buscare tales enseñanzas, que no son otra cosa que la resurrección de antiguas doctrinas fálicas, teorías y prácticas conducentes al empobrecimiento de la mente, del alma y del cuerpo, se habrá equivocado. El hermetismo nada contiene sobre ellas. Para el ruin todas las cosas son ruines; para el puro todo es puro.

sábado, 25 de junio de 2016

El Principio de Causa y Efecto - Kybalion

"Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa. Todo sucede de acuerdo con la ley. La casualidad solo es un nombre para una ley que se desconoce. Hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la ley".

Este principio incorpora la verdad de que todo efecto obedece a una causa y toda causa produce su efecto. Todo sucede de acuerdo con una ley, nada es casual o fortuito. Existen muchos planos de causas y efectos. Los planos superiores dominan a los inferiores, pero nada escapa a la ley. Los hermetistas han encontrado métodos para elevarse más allá del plano ordinario de causa y efecto, hasta cierto grado, pudiendo convertirse en causa en lugar de efecto. Las multitudes se dejan llevar, son arrastradas por voluntades ajenas. La herencia, las sugestiones, lo externo, las mueven como piezas inertes de un juego. Los maestros, habiendo alcanzado un plano superior, utilizan el principio de causa y efecto como instrumento, en lugar de ser usados mediante él. Los maestros obedecen a la causalidad (causación) de los planos superiores, pero colaboran para regular y regir en su propio plano. En esta aseveración, se halla el tesoro del conocimiento hermético. Quien sepa leer entre líneas lo descubrirá. Lo deseamos.

jueves, 23 de junio de 2016

El Principio del Ritmo - Kybalion


   "Todo fluye, afuera y adentro. Todo tiene sus períodos de avance y retroceso. Todo asciende y   desciende. La oscilación del péndulo se manifiesta en todo. La medida de su movimiento a la derecha es la medida de su movimiento hacia la izquierda. El ritmo es la compensación".

En este principio se incorpora la teoría constatada de que en todo existe manifestado un movimiento de ida y vuelta, de flujo y reflujo; una oscilación de péndulo entre dos polos, como vimos en el principio precedente (4). Hay siempre una acción y una reacción. Esta ley rige para todo: soles, mundos, animales, hombres, mente, energía, materia. Corresponde esta manifestación a la creación y a la destrucción de los mundos; a la elevación y a la caída de los imperios y naciones; a todas las cosas, y a la vida. También a los estados mentales, y es en relación con esto último que los hermetistas tienen este principio por el más importante. Los hermetistas han descubierto que este principio tiene aplicación universal y, al mismo tiempo, han encontrado ciertos métodos para escapar a sus efectos mediante fórmulas y métodos apropiados. Aplican la ley natural de la neutralización. No se puede anular el principio ni hacer cesar su operación, pero han aprendido a eludir dicho principio. Han aprendido a usar en vez de ser usados por este principio. La ciencia hermética consiste, precisamente en este y en otros métodos semejantes. El maestro se polariza a sí mismo en el punto donde quiere quedarse, y neutraliza la oscilación rítmica del péndulo que le llevaba a otro polo. Esta es una operación que los maestros realizan con conciencia y conocimiento pleno. Otros, cuyo adelanto en esta ciencia no es tan señalado, suelen lograrlo inconscientemente hasta cierto punto.
Este principio del ritmo y el de la polaridad, han sido objeto de profundos estudios por parte de los hermetistas. Los métodos para contrabalancearlos, neutralizarlos y utilizarlos, forman una parte muy importante de la alquimia mental hermética.

miércoles, 22 de junio de 2016

El Principio de Polaridad - Kybalion


"Todo es dual, todo tiene dos polos, todo tiene su par de opuestos, semejantes y antogónicos son lo mismo. Los opuestos son idénticos en nazturaleza pero disímiles en grado. Los extremos se tocan. Todas las verdades son medias verdades. Todo lo paradójico puede ser reconciliado".

Este principio incorpora la verdad de que todo es dual; todo tiene dos polos; todo tiene su par de opuestos. Axiomas herméticos que dilucidan y explican viejas paradojas que dejaron perplejos a tantos que no supieron “ver”.
"Tesis y atítesis son iguales en la naturaleza pero diferentes en grados".
"Los opuestos son iguales, pero en diferente grado".
"Los pares de opuestos pueden ser reconciliados".
"Los extremos se encuentran". 
"Todo es y no es al mismo tiempo"
"Todas las verdades no son sino medias verdades".
"Toda la verdad es medio falsa. Hay dos lados para todo".
Los ejemplos podrían multiplicarse hasta el infinito. Los opuestos no son sino los extremos de la misma cosa. La diferencia consiste en los diversos grados entre ambos. El calor y el frío, aunque opuestos, son realmente lo mismo y la diferencia consiste en la graduación de la misma cosa. Mirad el termómetro y decid, si podéis, dónde acaba el calor y dónde comienza el frío. No hay calor absoluto ni frío absoluto. Ambos vocablos, “calor” y “frío”, expresan únicamente grados variables de la misma cosa. Se trata en verdad de una variación de frecuencia vibratoria. Eso que llamamos calor o frío son manifestaciones del principio de polaridad. Lo mismo ocurre si hablamos de luz y oscuridad. ¿Dónde acaba lo oscuro y donde comienza la luz? El límite es más sutil de lo que pueda parecer a simple vista. Y otro tanto, si utilizamos los mecanismos paradójicos, resulta respecto de la diferencia entre lo grande y lo pequeño, lo duro y lo blando, entre la calma y la tempestad, lo alto y lo bajo, lo positivo y lo negativo. El principio de polaridad determina y esclarece, y no hay otro medio que lo reemplace. Este principio actúa igualmente en el plano mental.
Tomemos como ejemplo amor y odio, dos estados mentales aparentemente irreconciliables, cuando no son en realidad sino grados de la misma cosa. Es posible cambiar las vibraciones de odio y las vibraciones de amor en la propia mente de uno y en las mentes de otros. Más de algún lector habrá experimentada la transición involuntaria del amor al odio, o viceversa, personalmente o en otros. Si trasladamos los principios herméticos al bien y al mal, descubriremos que son los polos de una misma cosa. El hemetista conoce el arte de trasmutar el mal en bien mediante la aplicación de este principio de polaridad.
El arte de la polarización en el hermetista, se constituye en una fase de “Alquimia mental”, practicada desde la antigüedad hasta nuestros días por los maestros herméticos. Un estudio profundo y atento, conducirá a usar este principio de polaridad en un instrumento para cambiar la polaridad propia, y luego la de otros.

martes, 21 de junio de 2016

El Principio de Vibración - Kybalion

                                                 
                                                 "Nada descansa, todo se mueve, todo vibra".
                                   
Este principio incorpora la verdad de que “todo está en movimiento, todo vibra, nada permanece en reposo”. Esto es una realidad que la ciencia actual verifica con cada nuevo descubrimiento. Esta verdad fue anunciada hace miles de años por los maestros del antiguo Egipto. Las diferentes manifestaciones de la materia, la energía, la mente y el espíritu, se mueven en frecuencias de vibraciones variables, según lo explican los maestros herméticos. Desde el Todo, que es espíritu puro, hasta la más burda e insignificante forma de materia, todo es vibración.
Cuánto más alta resulta esta vibración, más alta es la posición que ocupa en la escala. La vibración del espíritu es de un rango de intensidad infinito, que prácticamente llega a confundirse con el reposo. Los maestros lo ejemplifican con una rueda que girando a gran velocidad parece estar inmóvil. En el otro extremo, hay formas de materia cuyas vibraciones son de tan baja intensidad, que también dan la apariencia de estar en reposo. Entre ambos extremos existen millones de valores diferentes de vibraciones. Es preciso comprender que desde la partícula subatómica hasta el universo entero, todo está en modulación vibratoria. Lo mismo sucede en las dimensiones de la energía y la fuerza, que no son otra cosa que variables vibratorias; lo mismo en los planos mentales, que dependen de vibraciones, e inclusive, en los planos espirituales. Del conocimiento de este principio, con el método y fórmulas apropiadas, los estudiosos herméticos están en situación de controlar sus propias vibraciones, lo que equivale a decir, controlar su propia mente y poseer el factor incidente para actuar sobre las otras mentes. No escapan a las posibilidades de aplicación de este principio los fenómenos naturales. “Aquellos que entienden el principio llamado de las vibraciones, están próximos a la cima del poder”, se lee en el antiguo libro axiomático

lunes, 20 de junio de 2016

El Principio de Correspondencia - Kybalion


          

                     “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”

Este principio incorpora la verdad de que siempre existe una correspondencia entre las leyes de los fenómenos de los diversos planos de la vida y del ser. El axioma hermético: “Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba” proporciona uno de los mecanismos para la comprensión de muchas de las paradojas más oscuras de la naturaleza. Más allá de nuestro conocimiento, existen planos que sin el principio de correspondencia, seríamos incapaces de entender.
Este principio es aplicable en los diversos planos del universo material, mental y espiritual, pues se trata de una ley universal.
Según los antiguos, este principio posibilita atisbar como por una fisura el velo de Isis. Del mismo modo que el conocimiento de la geometría capacita para medir los soles y el movimiento de los planetas, el conocimiento del principio de correspondencia permite al hombre razonar inteligentemente desde lo conocido hacia lo desconocido. Conociendo la mónada, se entiende al arcángel.

       

sábado, 18 de junio de 2016

El Principio del Mentalismo - Kybalion


                                                              El TODO es mente, el universo es mental
                                                                                                    Kybalion

Este principio incorpora la verdad de que todo es mente”. “El Todo” es la realidad, sustancia que subyace en todas las manifestaciones y apariencias externas que son habitualmente llamadas universo material, o también el fenómeno de vivir, de materia y energía. Vale decir, que es aquello que es perceptible a los sentidos del cuerpo. Diremos que El Todo es espíritu que en sí es incognoscible y por tanto indefinible, pero puede ser concebido como una mente universal, infinita y viviente. Todo el universo fenoménico es una creación mental de ese Todo, y como tal, está sujeto a las leyes de las cosas creadas. En esta mente vivimos, nos movemos, y tenemos nuestro ser. Este principio es el que establece la naturaleza mental del universo con el que podemos explicar los fenómenos mentales y psíquicos que tanto preocupan y que, sin esta explicación, resultan incomprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión de este principio hermético capacita para captar las leyes mentales de este universo mental, y para aplicar esas leyes al propio bienestar y desarrollo. El estudioso hermético está capacitado para aplicar esas leyes mentales de manera inteligente y fortuita. Con esta llave maestra, el estudioso puede abrir las innumerables puertas del templo del conocimiento mental y psíquico de una forma consciente, lúcida y libre.
Este principio explica la verdadera naturaleza del poder, de energía y la materia, y como están subordinadas al dominio de la mente. Un sabio maestro hermético escribió hace mucho: “Quien capta la verdad de la naturaleza mental del universo, estará bien encaminado y habrá avanzado en la senda hacia la maestría”. Tan verdaderas son hoy estas palabras como en el tiempo en que fueron escritas. Sin esta llave, no hay maestría, y en vano se llamará a las muchas puertas del templo de la sabiduría.

viernes, 17 de junio de 2016

La Filosofía Hermética - Kybalion





"Los labios dela sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender"

Desde el antiguo Egipto nos han llegado las enseñanzas esotéricas y ocultas que tan poderosamente han actuado en los sistemas filosóficos de todas las razas y pueblos, durante miles de años. Egipto, país de las pirámides y de la Esfinge, fue el origen de una Sabiduría Secreta y de las doctrinas místicas. Todos los pueblos han extraídos de estas doctrinas secretas la base de las suyas. La India, Caldea, China, Persia, Japón, Asiria, la antigua Grecia y Roma, y otros países se sirvieron libremente de las enseñanzas formuladas por los sacerdotes y Maestros de las tierras de Isis, conocimientos que sólo eran proporcionados a quienes estaban preparados para recibir el saber místico y oculto. También fue en el antiguo Egipto donde habitaron los grandes adeptos y maestros que después nadie ha sobrepasado, y que escasa vez han sido igualados en los siglos que han transcurrido desde los tiempos del Gran Hermes. Egipto fue la morada de la Gran Logia de las fraternidades místicas. Entraron por sus portales aquellos que más tarde, convertidos en adeptos o maestros, se distribuyeron por todos los rincones, cargando consigo el precioso conocimiento que poseían y deseaban hacer participe de él a todo aquel que estuviera dispuesto a recibirlo. Es una gran deuda que no puede dejar de reconocer ningún estudioso del ocultismo para con aquellos venerables maestros de Egipto.
Entre aquellos grandes adeptos existió uno al cual los demás proclamaron maestro de maestros. Este hombre, si puede llamársele “hombre” a un ser así, vivió en Egipto en la más lejana antigüedad y fue conocido bajo el nombre de Hermes Trismegistus. Aunque los pormenores de su vida se han perdido para la historia, debido al mucho tiempo transcurrido, se sabe que fue el padre del saber, el creador de la astrología y el descubridor de la alquimia.
La fecha de su presencia en Egipto, en su última encarnación en este planeta, no se conoce, pero se ha presumido que fue contemporáneo de las más antiguas dinastías de Egipto, mucho antes de Moisés. Muchas autoridades en la materia lo creen contemporáneo de Abraham, y algunas tradiciones judías llegan a aseverar que Abraham obtuvo muchos de los conocimientos que poseía del mismo Hermes. Muchos años después de transcurrida su muerte (se dice que vivió trescientos años), los egipcios lo divinizaron e hicieron de él uno de sus dioses con el nombre de Toth. Los griegos, después, hicieron de él otro de sus dioses y le llamaron Hermes, “el dios de la sabiduría”. Los egipcios honraron su memoria nombrándole “el escriba de los dioses”, y agregándole a su antiguo nombre el honorífico de Trismegisto (tres veces grande). Todos los países antiguos le veneraban, y su nombre era sinónimo de “fuente de sabiduría”.
Aún hoy utilizamos el término “hermético” en el sentido de “secreto”, “reservado”, “sellado” para que nada pueda escaparse, y esto se debe a que los hermetistas siempre habían seguido rigurosamente el secreto de sus enseñanzas. Nunca creyeron “arrojar perlas a los cerdos”. Ellos continuaron su norma de conducta especial, que le señalaba “dar lecha a los niños y carne a los hombres”, unas máximas que ya habían sido usadas muchos siglos antes de la Era Cristiana. Y esta manera de aleccionar diligentemente la verdad, ha distinguido siempre a los hermetistas, aún ahora.
Las doctrinas herméticas se encuentran en todos los pueblos y en todas las religiones, pero nunca identificadas con un pueblo en particular ni con un grupo religioso alguno, debido a la predica que los antiguos instructores hicieron para impedir que la doctrina secreta cristalizase en credos. La sensatez de esta medida queda de manifiesto en todos los estudiosos de la historia. Al convertirse los antiguos instructores en sacerdotes, el antiguo ocultismo de la India y Persia degeneró, y se perdieron sus conocimientos al mezclar éstos la teología con la filosofía, siendo su primera consecuencia la pérdida de toda su sabiduría, la que terminó por transformarse en una gran cantidad de supersticiones religiosas, cultos, credos, y dioses. Igual cosa ocurrió con las enseñanzas herméticas de los gnósticos cristianos, enseñanzas que se perdieron por la época de Constantino, quien asfixió la filosofía ligándola con la teología, y la iglesia cristiana perdió así lo que era su esencia y espíritu, buscando a ciegas el camino de vuelta a su antigua fe. Pero la llama sigue viviendo gracias a unas cuantas almas que siempre mantuvieron viva la llama, alimentándola cuidadosamente y no permitiendo que su luz se extinguiese. Gracias a estos corazones y esas mentes de singular desarrollo, aún tenemos la verdad con nosotros, pero esta verdad no se encuentra en los libros. Si se ha escrito alguna vez sobre ella, su sentido ha sido cuidadosamente oculto con términos de astrología y alquimia, de tal forma que sólo los que poseían la clave, podían leerlo correctamente. Esto fue necesario a fin de impedir las persecuciones de los teólogos de la Edad Media, los cuales luchaban contra la doctrina secreta a sangre y fuego, torturando hasta la muerte a quienes la amaban y que no querían que se perdiera.
Aún hoy es posible hallar algunos valiosos libros de filosofía hermética, pero la mayoría se han perdido. No obstante, la filosofía hermética es la única llave maestra que puede abrir las puertas a todas las enseñanzas ocultas.
Al principio existió una recolección de ciertas doctrinas herméticas que eran los cimientos esenciales de toda la doctrina secreta, y que hasta entonces, había sido transmitida de instructor a estudioso. Tal compilación fue conocida como Kybalion, aunque se perdió por varios siglos el concepto de su significado y la real importancia del término.
Sus preceptos no habían sido escritos jamás, o al menos, impresos hasta donde se sabe. Se trataba, en verdad de una colección de axiomas, de máximas y de preceptos que eran ininteligibles para los no iniciados, pero comprensibles para los estudiosos cuando eran ejemplificados a los neófitos por los iniciados herméticos.
Tales enseñanzas eran los principios básicos del “Arte de la alquimia hermética”. Contrariamente a lo que suele entenderse por alquimia, se trata más bien del dominio de las fuerzas mentales más que de elementos materiales. Por ejemplo, la transmutación de una clase de vibraciones de la mente en otras, más que un metal en otro. La leyenda de la piedra filosofal que se entiende como la transmutación del oro proveniente de la aleación de otros metales, no es más que un sentido alegórico a la que se refería la filosofía hermética, cosa que los verdaderos iniciados y los estudiosos del hermetismo entendían.
El lector tiene en sus manos lo que es la primera lección de lo que constituyen las enseñanzas herméticas como aparecen expuestas en El Kybalion, y como las enseñamos nosotros, humildes estudiosos de éstas. Mientras llevamos el título de iniciados, aún somos estudiantes postergados a los pies de Hermes, el Maestro. Les entregamos aquí muchas de las máximas, axiomas y preceptos del Kybalion, que acompañados con explicaciones que consideramos idóneas para ilustrar y hacer más fácilmente comprensibles las enseñanzas para el estudioso moderno. Ello es necesario, por cuento el texto, que podríamos llamar original, está velado adrede con términos oscuros. Las máximas, axiomas y preceptos y todo lo contenido en el Kybalion propiamente dicho, aparecen en este libro con letra diferente del texto general que es nuestro propio trabajo. Confiamos en que los estudiosos obtendrán de esta obra tanto beneficio como aquellos muchos que antes han recorrido estas mismas sendas hacia la maestría a lo largo de las centurias, desde los tiempos de Hermes Trismegistus, el maestro de maestros, el “tres veces grande”. En palabras del propio Kybalion:
"Donde caen los pies del maestro, los oídos de quienes están preparados para su enseñanza, se abren de par en par".
"Cuando los oídos están prontos para oír, los labios vienen a llenarlos de sabiduría".
De este modo, de acuerdo con las enseñanzas, aquellos que se encuentren listos para la instrucción, este librito atraerá su atención. Y de la misma forma, al pupilo que esté pronto para recibir la verdad, este pequeño libro irá a él o ella y cumplirá su propósito. Tal es la ley. El principio hermético de causa y efecto, en su aspecto de la ley de las atracciones, unirá labios y oídos, libro y pupilo ¡que sea asÍ!

jueves, 16 de junio de 2016

Leyes Universales - Kybalion






En el universo hay unas leyes o principios por las que todo en él se rige.
Considero que adquirir conocimiento de estos principios es imprescindible para el crecimiento personal, así como para comprender, si se puede expresar así, aquellos sucesos que nos ocurren en la vida y no sabemos por qué nos ocurren, haciéndonos la conocida pregunta "¿por qué a mí?".
Si estos principios se aceptan, nos serán de una gran ayuda para poder encarrilar la vida en la línea que creamos más conveniente para nosotros, por nuestro bien, y el de todos, ya que todos formamos parte de este universo y estamos interrelacionados.

En los próximos días iré exponiendo  el resumen de estos principios para su lectura, tal como están recogidos en el Kybalion. Ahora os dejo con la introducción.

 
LEYES UNIVERSALES

El Kybalion Iniciación al Esoterismo

INTRODUCCIÓN

Ofrecemos este trabajo a la consideración de los estudiosos e investigadores de las doctrinas secretas, trabajo que está basado en las antiquísimas enseñanzas herméticas. Poco se ha escrito sobre este asunto, a pesar de las muchas referencias a estas enseñanzas en múltiples trabajos sobre ocultismo. Sin duda los investigadores de las verdades arcanas sentían la necesidad de la aparición de un libro de esta índole. La intención de éste no es la exposición de una filosofía o doctrina especial, sino el dar al estudioso una exégesis de la verdad, que le ayude a conciliar los numerosos tópicos de los conocimientos ocultos que ya pueda haber adquirido, pero que son supuestamente contradictorios y paradojales, lo que desanima y disgusta al principiante. Nuestra pretensión no es la de erigir un nuevo templo de sabiduría, sino el de poner en manos del investigador una clave maestra con la cual pueda abrir las innumerables puertas internas que llevan al Templo del Misterio.
Ningún conocimiento oculto ha sido tan cuidadosamente cuidado como los fragmentos de las enseñanzas herméticas, que han llegado a nosotros a través de las centurias, a partir de los tiempos del Gran Fundador, Hermes Trismegisto, “el elegido de los dioses”, que murió en la época del antiguo Egipto.
Contemporáneo de Abraham, y, si la leyenda no nos engaña, instructor de aquel venerable sabio, Hermes fue y es el Gran Sol Central del Ocultismo, cuyos rayos han alumbrado todos los conocimientos que han sido dados desde entonces. Las bases primordiales de las enseñanzas esotéricas que en cualquier tiempo han sido enseñadas, son originarias, en esencia, de las formuladas por Hermes. Aún las más remotas doctrinas de la India han tenido su origen en las enseñanzas herméticas. Muchos avanzados ocultistas se dirigieron hacia Egipto desde la tierra del Ganges para postrarse a los pies del Maestro. De él obtuvieron la clave maestra, que a la vez que explicaba y reconciliaba sus distintos puntos de vista, establecía así sólidamente la doctrina secreta.
De todos los puntos de la tierra llegaron discípulos y neófitos que veían a Hermes como el Maestro de Maestros, y su influencia fue tan inmensa, que a pesar de las negativas de los cientos de instructores de los diferentes países, se puede encontrar claramente en las enseñanzas de éstos, las bases fundamentales en las que se asentaban las doctrinas herméticas.
Para el estudioso de las religiones comparadas es fácilmente perceptible la influencia tan grande que las enseñanzas herméticas han desempeñado en todas las religiones existentes. La similitud salta a la vista a pesar de los puntos supuestamente contradictorios, y las enseñanzas herméticas son como un armonizador de ellas.
La obra de Hermes, más que establecer una escuela de filosofía que dominara el pensamiento del mundo, parece haberse encaminado en el sentido de sembrar la gran verdad –semilla que ha crecido y germinado en varias y tan raras formas-. No obstante, la verdad original enseñada por él ha sido preservada intacta, en su pureza primitiva, por un limitado número de hombres en cada época, los cuales, rechazando a un gran número de aficionados y de estudiantes escasamente desarrollados, siguieron el proceder hermético y guardaron su conocimiento para los pocos que estaban listos para entenderlo y dominarlo. De los labios a los oídos fue traspasado este conocimiento a la élite. Invariablemente, en cada generación y en los diferentes países de la tierra, han existido iniciados que mantuvieron viva la llama de las enseñanzas herméticas, y que siempre han querido usar sus lámparas para prender las lámparas menores de los del mundo profano, cuando languidecía la luz de la verdad y se nublaba por su descuido, o cuando su mecha se manchaba con materias extrañas. Siempre han existido unos pocos que cuidaron el altar de la verdad, sobre el cual mantuvieron siempre encendida la lámpara perpetua de la Sabiduría. Esos hombres consagraron su vida a esa de amor que el poeta definiera en estas líneas:

¡Oh!, no permitas que se extinga la llama.
Será protegida edad tras edad.
Cuidada en su oscura caverna, en sus templos sagrados.
Alimentada por puros sacerdotes con amor, no dejes que la llama se extinga.”

Esos hombres nunca buscaron el consentimiento popular ni acumular gran número de prosélitos. Son escépticos respecto de esas cosas, pues saben muy bien cuán pocos hay en cada generación aptos para recibir la verdad, o de reconocerla si se les mostrara. Ellos “reservan la carne para los hombres”, en tanto que los demás “dan leche a los niños”. Guardan sus perlas de sabiduría para los pocos elegidos que son capaces de reconocer su valor y de llevarlas en sus coronas, en lugar de tirárselas a los cerdos, que las deshonrarían y pisotearían en el lodo de sus chiqueros. Mas estos hombres no han olvidado aún los preceptos de Hermes relacionados con la transmisión de estas enseñanzas, impartiéndolas a los que están preparados y dispuestos a recibirlas y sobre lo cual dice el El Kybalion:

Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está presto para acoger sus enseñanzas se abren de par en par.”

Y así mismo:

Cuando el oído es capaz de oír, en tal caso vienen los labios a llenarlo de sabiduría.”

Pero siempre su actitud habitual ha estado rigurosamente de acuerdo con otra máxima de El Kybalion que reza:

Los labios de la sabiduría permanecerán cerrados, salvo para el oído capaz de entender.”

Y esos oídos incapaces de entender son los que han criticado esta actitud de los hermetistas, y los que se han lamentado públicamente de que aquéllos no hayan indicado nunca claramente el verdadero espíritu de sus enseñanzas, sin reservas ni restricción. Pero un repaso retrospectivo en las páginas de la historia, probará la sabiduría de los maestros, quien comprendían la locura que sería intentar enseñar al mundo lo que éste no podía ni estaba preparado para recibir. Los hermetistas nunca han querido ser mártires, por el contrario, se han quedado retirados, silenciosos y sonrientes ante los esfuerzos de algunos que creían, en su ardiente entusiasmo, que lograrían forzar a una raza de bárbaros a aceptar verdades que sólo pueden entender los que han adelantado mucho en el camino.
Aún no ha muerto en la tierra el espíritu de persecución. Hay algunas enseñanzas herméticas que, si se divulgaran, atraerían un griterío de odio y el desprecio de las multitudes sobre sus divulgadores. Volverían a gritar de nuevo: ¡Crucificadlos! … ¡Crucificadlos!
En este libro hemos intentado aglutinar las enseñanzas fundamentales de El Kybalion, señalando todo cuanto se refiere a los principios actuantes. Entregamos el trabajo de estudiarlos, en lugar de tratarlos nosotros mismos en detalle. Si verdaderamente sois estudiosos o discípulos, entenderéis y os será posible aplicar estos principios, si no, debéis desarrollarlos ya que de otra manera, las enseñanzas herméticas no serán para vosotros más que palabras, palabras, palabras.


 

miércoles, 15 de junio de 2016

Cuento del Tesoro y los Dioses

Se cuenta, que en el principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al hombre y la mujer.
Una vez hubieron terminado y estando admirando su obra, uno de ellos dijo:
- Les hemos creado a imagen y semejanza nuestra. Disfrutarán de tanto poder y felicidad como nosotros. Esto puede no ser bueno. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros los dioses.
Al oír estas palabras, todos estuvieron de acuerdo.
Después de un buen rato pensando, uno de ellos dijo:
-Ya lo tengo. Este poder se lo vamos a esconder.
-¿Dónde? –preguntó otro.
-Lo esconderemos en la cima de la montaña más alta del planeta.
-No me parece que sea una buena idea. Con lo astutos y lo obcecados que serán, acabarán encontrándolo.
- Entonces, podemos esconderlo en una cueva en el fondo del océano –dijo otro.
- No. Recuerda que les hemos dotado de inteligencia, con lo cual, tarde o temprano construirán algún artefacto que les permitirá sumergirse a gran profundidad –dijo otro de ellos.
 Después de un largo rato dilucidando y haciendo propuestas,  uno de los dioses que había estado todo el tiempo en silencio, dijo:
- Creo saber el lugar perfecto para esconder este tesoro con el que les hemos dotado. En ese lugar seguramente no se les ocurrirá mirar.
-¿En qué lugar?
-Lo ocultaremos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándolo en el exterior, que difícilmente miraran en su interior.
Una vez más todos estuvieron de acuerdo, y así hicieron.

                                                                                                               Cuento oriental


lunes, 13 de junio de 2016

Los Deseos del Alma





Los deseos nos anuncian lo que en un plano invisible ya está en nosotros como potencial.
Es como la semilla que contiene en sí misma el fruto que aún no vemos, pero cuya información está en su interior a la espera de poderse desarrollar, si la tierra donde se encuentra es fértil, o no. Es decir, de nosotros dependerá si queremos aceptar esos deseos que afloran a nuestra conciencia desde lo más profundo del alma, los cuales podremos reconocer porque son los más hermosos y sinceros, o bien, descartarlos porque creamos que son demasiado extraordinarios para poderlos realizar.
Muchas veces se descartan deseos porque nos parecen las fantasías de una mente inquieta y soñadora; que eso tan bonito es para otros, pero no para nosotros.
Pensar así es frecuente ya que es la manera en la que nos han educado: a no creer en nosotros. Nos han dicho que estos son los cuentos de la lechera; que pongamos los pies en el suelo, y otras cosas más.
Esto es un error.
Si un deseo llega a nuestra conciencia es porque estamos conectados a esta energía o frecuencia vibratoria. Si aceptamos este concepto, podremos deducir que el deseo o sueño, es totalmente realizable por nosotros, pues sino, no podríamos desearlo ni imaginarlo.
Lo que ocurre, es que no nos lo creemos porque nos han enseñado a creer que en la vida se ha de obtener todo con esfuerzo, sudor, y lágrimas.
Voy a poner un ejemplo de lo que con frecuencia se suele hacer:
Nos ha surgido un gran deseo por conocer un país que está en la otra punta del mundo. Pensamos que nos encantaría conocerlo  ya que consideramos que tiene una cultura fascinante, que nos va a enriquecer como personas, y que vamos a disfrutar un montón. Pero cuando miramos la cuenta bancaria, nos deprimimos de tal manera que hasta nos produce mareos: no nos llega para costearlo.
De ser así, tenemos a priori dos opciones. Una es abandonar nuestro sueño en espera de una ocasión mejor, y la otra, es trabajar más horas para conseguir ese dinero que necesitamos.
Pero es que hay una tercera opción, y esta es la que no se suele contemplar, y es la que hay que descubrir y practicar para hacer de ella un arte, y un estilo de vida.
Esta tercera opción es vivir creativamente todo aquello que queramos hacer realidad.
Todo lo que deseemos, hemos de vivirlo por adelantado en nuestra mente, puesto que es la única forma de crearlo. 
Pensad que en el universo todo es información. La vida trabaja y crea con información. Entonces, cuando desees algo, pregúntate: ¿Qué información hay en mí? ¿Vivo la presencia de lo que deseo, o  vivo su ausencia?
¿En cuál de los dos lados te ubicas con frecuecia?

                                                                                                               Manuela


viernes, 10 de junio de 2016

Una Locura Humana




Sobre la locura del hombre, a buen seguro se podrían escribir muchas páginas. Yo me voy a referir a una locura de la que parece ser que poca gente es consciente, como yo tampoco lo era.
Esta locura tiene que ver con una de las leyes del universo, que dice que lo semejante atrae a su semejante. No es que la ley nos produzca locura. Nada de eso. Esta es una ley muy sabia y justa. Nos da a cada uno lo mismo que nosotros damos, o para ser más exactos, lo que nosotros damos a la vida, a los demás, y sobre todo, lo que nos damos a nosotros mismos.
Las personas solemos tener deseos, y entre ellos, deseamos que nuestras circunstancias de vida, sean si cabe, todavía mejores, pues nuestro instinto siempre tiende a querer mejorar.
Esta es una actitud normal, pero ¿qué se suele hacer cuando creemos que lo que queremos no está a nuestro alcance? Solemos desearlo; luchar para obtenerlo; lamentarnos; quejarnos por su ausencia, o temer que ocurra lo contrario a eso que queremos.
Si hemos caído en esta dinámica, estamos remando contra corriente. Estaremos yendo contra la ley. Solo tenemos que observar a la naturaleza para darnos cuenta.
Si sembramos unas semillas de tomates, éstas solo nos darán tomates. No nos pueden dar otra cosa, y así hace toda semilla que cae en tierra fértil. Esto lo sabemos todos. Pero cuando se trata de nosotros, ya no lo percibimos igual.
No nos hacemos conscientes de que nuestra palabra, junto con los pensamientos y sentimientos, (la palabra son pensamientos expresados), es creadora, y que es esta información, lo que acoge el subconsciente para crear nuestra realidad.
Por eso, cuando por ejemplo, una persona padece una enfermedad, no puede estar quejándose de la enfermedad; ni relatar todos los pormenores de lo mal que se encuentra.
Cuando hace esto, está reforzando esta situación que no desea. Está creando más de lo mismo: de lo que se está quejando. Esto es lo que la vida le devolverá, pues la vida no crea a boleo premiando a unos y castigando a otros. Nada de esto. Crea con la información que hay en nuestras células (esto es algo que saldrá mucho en este blog porque es muy importante asimilarlo).
Por tanto, continuar en esa línea de victimismo es una locura. Es una locura estar sembrando lo contrario de lo que queremos recoger. Sencillamente no es viable, a no ser que se cambie de actitud.
Si se quiere disfrutar un día de salud, se ha de vivir la salud aquí y ahora. Se ha de hacer este teatro para nosotros mismos hasta que el subconsciente lo acoja y pase a formar parte de nosotros.
Sé que esto puede costar aceptarlo, al menos a la hora de llevarlo a la acción, pero cuanto antes una persona se abra a este conocimiento, y se ponga a practicarlo, antes las cosas le empezarán a ir mejor.

                                                                                                                            Manuela



miércoles, 8 de junio de 2016

Cualidades en Evolución


Dicen que todo lo que te molesta de los demás, eso eres tú.

Lees libros de psicología, de autoayuda, y todos dicen lo mismo, sin embargo, por mucho que lo digan y que lo haya leído en muchos libros, no estoy totalmente de acuerdo.

Muchas veces pienso que la gente lee u oye cosas, que como lo ha dicho fulanito de tal que tiene cierto prestigio, cree que debe ser cierto, y lo da por válido. No se molesta en reflexionar y profundizar para investigar que hay de cierto o no en la información que le llega.

Así es como generalmente se suele seguir por inercia al otro y se difunden opiniones  como verdades absolutas, cuando es posible, que esa creencia, sólo sea la parte más superficial de un todo.

También es conveniente recordar, que cuando una persona habla, o escribe, la otra interpreta, y esa interpretación pasa a su vez a otra persona que también interpreta. Y el final, ya todos lo conocemos.

Lo que para mí sí es cierto, opinión que no tiene por qué ser compartida,es que lo que vemos de desagradable en los demás, igual que lo que percibimos como agradable, fabuloso, y exitoso, está en nosotros como potencial.

En cuanto a determinadas cualidades inferiores, a lo mejor nunca se nos desarrollarán porque ya están evolucionadas, y otras, las superiores, si no lo están, las deberemos desarrollar a fuerza de practica si es que estamos interesados en ellas.

Todas las personas estamos en este proceso de evolución, y me atrevería a afirmar, que todo el universo de la forma, o lo que llamamos materia, está en este proceso.

Entonces, lo que calificamos como defectos, no son más que cualidades inferiores que han de evolucionar hacia las superiores.

                                                                                                      Manuela
          

lunes, 6 de junio de 2016

Cuida tus Pensamientos









Lo que piensen los demás sobre nosotros no es una cosa que  deba preocuparnos.
Esto es asunto de cada cual. Son libres de pensar lo que quieran, pues cada persona nos percibirá según su nivel de conciencia, o dicho de forma más coloquial, nos verá según el color de su cristal.
Lo que sí nos ha de preocupar, y en esto tenemos que ser muy cuidadosos, es sobre lo que pensemos nosotros de ellos y de todo en general, ya que nuestros pensamientos crean nuestra realidad.
También es conveniente tener presente que lo que pensamos afecta a nuestra psique, y por consiguiente, al funcionamiento de nuestro organismo.
No es lo mismo tener pensamientos armoniosos, a tener pensamientos que nos amarguen la existencia.
Éstos últimos, cuando son persistentes, pueden ser causa de enfermedades. Hay que recordarlo, y procurar vivir conscientes.
Cuando se vive consciente, no hay pensamientos. Sólo existe un estado de atención plena que produce armonía (es lo que ahora está de moda llamar “minfullness”).
En esta estado no hay cabida para lo bueno ni para lo malo. Las cosas sencillamente son. Carecen de adjetivos que las distorsionen.
Vivir este estado de ser es realmente lo importante. Así que no malgastemos nuestro precioso tiempo en contarnos historias sobre los demás, y mucho menos dejar que las suyas nos afecten.