Sobre la locura del
hombre, a buen seguro se podrían escribir muchas páginas. Yo me voy
a referir a una locura de la que parece ser que poca gente es
consciente, como yo tampoco lo era.
Esta locura tiene que ver
con una de las leyes del universo, que dice que lo semejante atrae a
su semejante. No es que la ley nos produzca locura. Nada de eso. Esta
es una ley muy sabia y justa. Nos da a cada uno lo mismo que nosotros
damos, o para ser más exactos, lo que nosotros damos a la vida, a
los demás, y sobre todo, lo que nos damos a nosotros mismos.
Las personas solemos tener
deseos, y entre ellos, deseamos que nuestras circunstancias de vida,
sean si cabe, todavía mejores, pues nuestro instinto siempre tiende
a querer mejorar.
Esta es una actitud
normal, pero ¿qué se suele hacer cuando creemos que lo que queremos
no está a nuestro alcance? Solemos desearlo; luchar para obtenerlo;
lamentarnos; quejarnos por su ausencia, o temer que ocurra lo
contrario a eso que queremos.
Si hemos caído en esta
dinámica, estamos remando contra corriente. Estaremos yendo contra
la ley. Solo tenemos que observar a la naturaleza para darnos cuenta.
Si sembramos unas semillas
de tomates, éstas solo nos darán tomates. No nos pueden dar otra
cosa, y así hace toda semilla que cae en tierra fértil. Esto lo
sabemos todos. Pero cuando se trata de nosotros, ya no lo percibimos
igual.
No nos hacemos conscientes
de que nuestra palabra, junto con los pensamientos y sentimientos,
(la palabra son pensamientos expresados), es creadora, y que es esta
información, lo que acoge el subconsciente para crear nuestra
realidad.
Por eso, cuando por
ejemplo, una persona padece una enfermedad, no puede estar quejándose
de la enfermedad; ni relatar todos los pormenores de lo mal que se
encuentra.
Cuando hace esto, está
reforzando esta situación que no desea. Está creando más de
lo mismo: de lo que se está quejando. Esto es lo que la vida le
devolverá, pues la vida no crea a boleo premiando a unos y
castigando a otros. Nada de esto. Crea con la información que hay en
nuestras células (esto es algo que saldrá mucho en este blog porque
es muy importante asimilarlo).
Por tanto, continuar en
esa línea de victimismo es una locura. Es una locura estar sembrando
lo contrario de lo que queremos recoger. Sencillamente no es viable,
a no ser que se cambie de actitud.
Si se quiere disfrutar un
día de salud, se ha de vivir la salud aquí y ahora. Se ha de hacer
este teatro para nosotros mismos hasta que el subconsciente lo acoja
y pase a formar parte de nosotros.
Sé que esto puede costar
aceptarlo, al menos a la hora de llevarlo a la acción, pero cuanto
antes una persona se abra a este conocimiento, y se ponga a
practicarlo, antes las cosas le empezarán a ir mejor.
Manuela
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