"Todo fluye, afuera y adentro. Todo tiene sus períodos de avance y retroceso. Todo asciende y desciende. La oscilación del péndulo se manifiesta en todo. La medida de su movimiento a la derecha es la medida de su movimiento hacia la izquierda. El ritmo es la compensación".
En este principio se incorpora la
teoría constatada de que en todo existe manifestado un movimiento de ida
y vuelta, de flujo y reflujo; una oscilación de péndulo entre dos
polos, como vimos en el principio precedente (4). Hay siempre una acción
y una reacción. Esta ley rige para todo: soles, mundos, animales,
hombres, mente, energía, materia. Corresponde esta manifestación a la
creación y a la destrucción de los mundos; a la elevación y a la caída
de los imperios y naciones; a todas las cosas, y a la vida. También a
los estados mentales, y es en relación con esto último que los
hermetistas tienen este principio por el más importante. Los hermetistas
han descubierto que este principio tiene aplicación universal y, al
mismo tiempo, han encontrado ciertos métodos para escapar a sus efectos
mediante fórmulas y métodos apropiados. Aplican la ley natural de la
neutralización. No se puede anular el principio ni hacer cesar su
operación, pero han aprendido a eludir dicho principio. Han aprendido a
usar en vez de ser usados por este principio. La ciencia hermética
consiste, precisamente en este y en otros métodos semejantes. El maestro
se polariza a sí mismo en el punto donde quiere quedarse, y neutraliza
la oscilación rítmica del péndulo que le llevaba a otro polo. Esta es
una operación que los maestros realizan con conciencia y conocimiento
pleno. Otros, cuyo adelanto en esta ciencia no es tan señalado, suelen
lograrlo inconscientemente hasta cierto punto.
Este principio del ritmo y el de la polaridad,
han sido objeto de profundos estudios por parte de los hermetistas. Los
métodos para contrabalancearlos, neutralizarlos y utilizarlos, forman
una parte muy importante de la alquimia mental hermética.
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